Junto al café, el té es considerado una de las bebidas más populares en Alemania y en todo el mundo. Ya sea caliente o frío, té negro, té verde, a granel o en bolsita, aromatizado o totalmente natural: el té ofrece una incomparable variedad de sabores. Puede tener efectos estimulantes o tranquilizantes y es una bebida que invita como apenas otra a disfrutar del momento, tranquilizarse y relajarse.
En el siguiente artículo hemos recopilado para usted algunos consejos importantes para almacenar correctamente el té y así conservar y proteger sus aromas de la mejor manera posible. También descubrirá durante cuánto tiempo y en qué condiciones se pueden conservar las diferentes variedades de té, qué recipientes son los más indicados para ello y a qué debe prestar especial atención —según la variedad de té— para poder disfrutar plenamente de cada taza.
El té es un producto natural que debe tratarse con mucho cuidado para que conserve el máximo tiempo posible sus diferentes aromas y su sabor. Por lo general, se recomienda preparar el té siempre fresco y almacenarlo correctamente, al margen de si prefiere el té negro o el té verde, el té de hierbas o el de frutas.
En principio, debería guardar el té siempre en un sitio frío, para proteger sus aromas y sus valiosos componentes. Además, el té debe conservarse a salvo de la luz y en un recipiente lo más estanco posible, para evitar que sus aromas se volatilicen o degraden. Por otro lado, es fundamental garantizar que las hojas de té no puedan absorber otros olores, por ejemplo, de especias o café. Para evitarlo, puede almacenarlo en un bote con tapa o en un tarro de cristal con una tapa (de rosca) estanca.
El té verde no dura demasiado tiempo. Su contenido de sustancias vegetales valiosas se reduce rápidamente con el tiempo y también sus aromas característicos se ven afectados por un largo almacenamiento. Por ello, los tés verdes de calidad especial y los tés oolong de baja oxidación deberían guardarse preferiblemente en la nevera, en un envase que preserve el aroma y evite que el té absorba otros olores.
Teniendo en cuenta que estas variedades de té son de baja oxidación, reaccionan con más intensidad que otras al efecto del oxígeno y cuanto más tiempo estén almacenadas, más cambiarán su sabor y su aroma. Por ello, el té verde de alta calidad no solo debería guardarse a una temperatura especialmente fresca, sino siempre en un recipiente de cierre hermético como, por ejemplo, un tarro de porcelana con una junta de goma.
El té es un producto natural que debe tratarse con mucho cuidado para que conserve el máximo tiempo posible sus diferentes aromas y su sabor. Por lo general, se recomienda preparar el té siempre fresco y almacenarlo correctamente, al margen de si prefiere el té negro o el té verde, el té de hierbas o el de frutas.
En principio, debería guardar el té siempre en un sitio frío, para proteger sus aromas y sus valiosos componentes. Además, el té debe conservarse a salvo de la luz y en un recipiente lo más estanco posible, para evitar que sus aromas se volatilicen o degraden. Por otro lado, es fundamental garantizar que las hojas de té no puedan absorber otros olores, por ejemplo, de especias o café. Para evitarlo, puede almacenarlo en un bote con tapa o en un tarro de cristal con una tapa (de rosca) estanca.
El té verde no dura demasiado tiempo. Su contenido de sustancias vegetales valiosas se reduce rápidamente con el tiempo y también sus aromas característicos se ven afectados por un largo almacenamiento. Por ello, los tés verdes de calidad especial y los tés oolong de baja oxidación deberían guardarse preferiblemente en la nevera, en un envase que preserve el aroma y evite que el té absorba otros olores.
Teniendo en cuenta que estas variedades de té son de baja oxidación, reaccionan con más intensidad que otras al efecto del oxígeno y cuanto más tiempo estén almacenadas, más cambiarán su sabor y su aroma. Por ello, el té verde de alta calidad no solo debería guardarse a una temperatura especialmente fresca, sino siempre en un recipiente de cierre hermético como, por ejemplo, un tarro de porcelana con una junta de goma.
Escoja un lugar sin exposición directa al sol y lejos de otras fuentes de calor como radiadores o equipos eléctricos. El emplazamiento ideal debe encontrarse a una temperatura ambiente de unos 19 °C.
Los aficionados al té guardan sus variedades en un tarro opaco con tapa. Recipientes recomendables son los de madera, porcelana o metal, si bien en el caso de estos últimos deberá procurar que sean inoxidables y aptos para alimentos. Para el té en bolsita también existen cajas especiales que le permiten clasificar y presentar claramente las diferentes variedades. Si almacena el té en un tarro de cristal, guarde el tarro en un armario de la cocina. Así protegerá su té de la radiación solar.
En comparación, el té negro es poco exigente en cuanto a su almacenamiento, porque ya ha sido sometido a un proceso de fermentación que le hace menos sensible a los efectos medioambientales. Para estas variedades de té, basta con guardarlas en un recipiente cerrado que puede ser de metal, cerámica, cristal o madera. Sin embargo, también es recomendable almacenar el té negro a salvo de la luz y seco, para que no pierda sus aromas con el tiempo.
Si prefiere el té en bolsita en lugar del té a granel, es recomendable comprar pequeñas cantidades con frecuencia en vez de hacerse con grandes cantidades para almacenar. Como norma general se aplica lo siguiente: no compre más bolsitas de té de las que vaya a consumir en medio año. Así tendrá siempre la garantía de que disfrutará de un té fresco con todo su aroma.
Escoja un lugar sin exposición directa al sol y lejos de otras fuentes de calor como radiadores o equipos eléctricos. El emplazamiento ideal debe encontrarse a una temperatura ambiente de unos 19 °C.
Los aficionados al té guardan sus variedades en un tarro opaco con tapa. Recipientes recomendables son los de madera, porcelana o metal, si bien en el caso de estos últimos deberá procurar que sean inoxidables y aptos para alimentos. Para el té en bolsita también existen cajas especiales que le permiten clasificar y presentar claramente las diferentes variedades. Si almacena el té en un tarro de cristal, guarde el tarro en un armario de la cocina. Así protegerá su té de la radiación solar.
En comparación, el té negro es poco exigente en cuanto a su almacenamiento, porque ya ha sido sometido a un proceso de fermentación que le hace menos sensible a los efectos medioambientales. Para estas variedades de té, basta con guardarlas en un recipiente cerrado que puede ser de metal, cerámica, cristal o madera. Sin embargo, también es recomendable almacenar el té negro a salvo de la luz y seco, para que no pierda sus aromas con el tiempo.
Si prefiere el té en bolsita en lugar del té a granel, es recomendable comprar pequeñas cantidades con frecuencia en vez de hacerse con grandes cantidades para almacenar. Como norma general se aplica lo siguiente: no compre más bolsitas de té de las que vaya a consumir en medio año. Así tendrá siempre la garantía de que disfrutará de un té fresco con todo su aroma.
Las diferentes variedades de té no se distinguen solo por su sabor, sino también por su durabilidad. Si todavía no se ha abierto el paquete original, en principio puede guardar el té negro hasta 3 años, también puede guardarlo tanto tiempo si lo almacena correctamente una vez abierto, es decir, en un recipiente estanco al aire y a la luz y a una temperatura moderada.
El té pu-erh y el llamado té blanco necesitan respirar, por lo que no deben guardarse en un recipiente hermético como otras clases de té. Por el contrario, los tés de frutas y los tés aromatizados deben conservarse en un recipiente estanco siempre que sea posible y, aun así, no suelen durar más de dos años.
En sentido estricto, los tés de hierbas y frutas no son tés de verdad (el té se obtiene de las hojas de la planta del té), sino infusiones. De ahí que estas bebidas calientes no contengan sustancias excitantes como la cafeína o la teína y que los tés de hierbas y de frutas resulten excelentes para calmar la sed de los niños. Además, los tés de frutas tienen una amplia variedad de aromas, dependiendo de las frutas y los demás ingredientes empleados.
Los tés de hierbas como, por ejemplo, la manzanilla, la menta o la salvia, suelen tomarse para combatir síntomas de enfermedades, ya que contienen aceites esenciales que, según la hierba, son antipiréticos, expectorantes o relajantes. Sin embargo, cada vez hay más personas que disfrutan bebiendo tés de hierbas por puro placer y que utilizan otras hierbas además de las populares plantas medicinales.
Tanto si se trata de un té de hierbas como de un té de frutas, debería guardar estas variedades igual que el té «auténtico»: estancas, secas y en un lugar fresco, para que conserven el máximo tiempo posible sus aromas y componentes saludables.
Las diferentes variedades de té no se distinguen solo por su sabor, sino también por su durabilidad. Si todavía no se ha abierto el paquete original, en principio puede guardar el té negro hasta 3 años, también puede guardarlo tanto tiempo si lo almacena correctamente una vez abierto, es decir, en un recipiente estanco al aire y a la luz y a una temperatura moderada.
El té pu-erh y el llamado té blanco necesitan respirar, por lo que no deben guardarse en un recipiente hermético como otras clases de té. Por el contrario, los tés de frutas y los tés aromatizados deben conservarse en un recipiente estanco siempre que sea posible y, aun así, no suelen durar más de dos años.
En sentido estricto, los tés de hierbas y frutas no son tés de verdad (el té se obtiene de las hojas de la planta del té), sino infusiones. De ahí que estas bebidas calientes no contengan sustancias excitantes como la cafeína o la teína y que los tés de hierbas y de frutas resulten excelentes para calmar la sed de los niños. Además, los tés de frutas tienen una amplia variedad de aromas, dependiendo de las frutas y los demás ingredientes empleados.
Los tés de hierbas como, por ejemplo, la manzanilla, la menta o la salvia, suelen tomarse para combatir síntomas de enfermedades, ya que contienen aceites esenciales que, según la hierba, son antipiréticos, expectorantes o relajantes. Sin embargo, cada vez hay más personas que disfrutan bebiendo tés de hierbas por puro placer y que utilizan otras hierbas además de las populares plantas medicinales.
Tanto si se trata de un té de hierbas como de un té de frutas, debería guardar estas variedades igual que el té «auténtico»: estancas, secas y en un lugar fresco, para que conserven el máximo tiempo posible sus aromas y componentes saludables.
Las polillas de los alimentos no solo son molestas sino que, una vez han hecho nido en la cocina o la despensa, pueden llegar a reproducirse de forma incontrolada. Y es que el ser humano les proporciona las condiciones ideales para ello, además de que son muy flexibles en lo que respecta a su alimentación. Así, aunque las polillas de los alimentos no se alimentan de té (no importa que sea negro, verde o blanco), los tés de frutas —en particular las variedades que contienen trozos de fruta secos o frescos— son nutritivos y atractivos para las polillas. Por este motivo, para almacenar y conservar tés de frutas, debería utilizar botes o tarros de cristal que cierren bien y dejarlos abiertos en la cocina el menor tiempo posible. De este modo, a las polillas de los alimentos les resultará mucho más difícil anidar y disfrutará durante más tiempo de sus deliciosos tés de frutas.
Las polillas de los alimentos no solo son molestas sino que, una vez han hecho nido en la cocina o la despensa, pueden llegar a reproducirse de forma incontrolada. Y es que el ser humano les proporciona las condiciones ideales para ello, además de que son muy flexibles en lo que respecta a su alimentación. Así, aunque las polillas de los alimentos no se alimentan de té (no importa que sea negro, verde o blanco), los tés de frutas —en particular las variedades que contienen trozos de fruta secos o frescos— son nutritivos y atractivos para las polillas. Por este motivo, para almacenar y conservar tés de frutas, debería utilizar botes o tarros de cristal que cierren bien y dejarlos abiertos en la cocina el menor tiempo posible. De este modo, a las polillas de los alimentos les resultará mucho más difícil anidar y disfrutará durante más tiempo de sus deliciosos tés de frutas.